OTTO ZUTZ CLUB se ubicó en un edificio industrial de cinco plantas que había sido una antigua fábrica textil.
Se creó un edificio entero destinado al ocio y la diversión. Tenía restaurante, café-teatro, sala de conciertos, bares y discoteca. También espacio para exposiciones.
Se trató los espacios en toda su amplitud, manteniendo un espacio vertical que vinculaba a todas las plantas. La estética industrial, muy austera en blanco y negro, se iba transformando a voluntad con el color de la luz y los distintos y continuos montajes efímeros.